4h 13m
VV.AA.
Para comprender la identidad de un rito, es necesario elevar el vuelo y adentrarse en sus raíces profundas. Para un bautizado, el rito representa tanto la base que lo arraiga en una tierra fértil como las alas que le permitirán volar hacia la experiencia de los acontecimientos redentores. Es la oportunidad de transformar el tiempo cronológico en un auténtico kairós, un tiempo teológico donde la presencia divina se manifiesta y guía como Redentor y Espíritu santificador.
El Concilio Vaticano II exhortó a preservar la esencia del Rito romano, permitiendo adaptaciones legítimas. Aunque suene sensato, esta encomienda plantea diversas dificultades. Hablar de substancia en el contexto de una familia litúrgica como la romana resulta en una tarea casi imposible, ya que implica una disyuntiva entre lo filosófico y lo concreto, histórico y fenoménico del rito. ¿Lograremos discernir y conservar lo esencial que el Concilio nos instó a proteger?