7h 25m
JAUME DURAN I NAVARRO
Conocer la esencia de la persona humana es un constante anhelo de la humanidad. Los distintos marcos filosóficos han buscado sus orígenes y su relación con el universo y las deidades, estableciendo perspectivas que no siempre han hecho posible entender al ser humano en su globalidad. La tradición hebrea en la Sagrada Escritura ha sido capaz de dimensionar a la persona en ámbitos diversos que explican su fisicidad, sus sentimientos, el pensamiento y la huella del espíritu. Esta dimensión plural que nos relatan los textos del Antiguo Testamento y que saboreamos en los Salmos parece talmente dibujada de la mano de la evolución del propio cerebro humano, capaz de desplegar redes neuronales que las hacen posibles, y vislumbrando una concepción humana de cuatro dimensiones. Una perspectiva muy actual que nos acerca a este ser humano por lo que se pregunta el salmista, ¿Qué es el hombre para que te acuerdes de él? (Sal 8,5).