3h 33m
DANIEL OLMOS
NO PODEMOS CERRAR LOS OJOS ANTE EL GRAVE AUMENTO DE SUICIDIOS ENTRE ADOLESCENTES Y JóVENES.
Si las familias y los educadores buscan alentar la esperanza de los jóvenes, es nuestra responsabilidad intervenir cuando alguno de ellos toma la decisión de terminar con su vida. Es fundamental brindar un acompañamiento pastoral en estos casos, ya que la fe y la espiritualidad pueden ser un soporte importante durante momentos difíciles. Es necesario ofrecer escucha activa, comprensión y apoyo emocional a quienes están atravesando situaciones de desesperación y deseo de poner fin a su existencia.
Además, es importante educar y concientizar a la sociedad sobre la importancia de prestar atención a las señales de alerta y de estar presentes para aquellos que están sufriendo en silencio. El diálogo abierto y empático juega un papel fundamental en la prevención del suicidio, permitiendo que las personas se sientan escuchadas y comprendidas en sus dificultades.